Sáb. Abr 20th, 2024

El rechazo manifestado este jueves por los accionistas de Toshiba a los planes de escisión planteados por la directiva augura más turbulencias en el convulso proceso de reforma del gigante japonés de la electrónica, inmerso en una crisis de rentabilidad. Los accionistas del conglomerado japonés participaron este jueves en una junta extraordinaria en la que se sometió a votación el plan, que no obtuvo el apoyo mínimo del 50% buscado.

Aunque la consulta no es vinculante, pues cualquier plan de reestructuración debe ser aprobado en la junta general anual que tendrá lugar en junio de 2023, la consulta de este jueves se veía como una suerte de voto de confianza para la volátil directiva, que podría volver a verse reemplazada y a tener que empezar de cero la gestión. “Vamos a estudiar todas las alternativas para poder mejorar el valor de la empresa”, ha afirmado tras conocerse el resultado el presidente y director ejecutivo (CEO) de Toshiba, Taro Shimada, que veía la oportunidad como un medidos de confianza entre los accionistas.

Meses de gestación

El plan de reestructuración se planteó en noviembre de 2021 con la visión de dividir la compañía en tres empresas, una especializada en infraestructura, otra en dispositivos electrónicos y otra en el resto de activos, incluida la filial de chips de memoria Kioxia.

Estivo impulsado por Satoshi Tsunakawa, que asumió el puesto de CEO en abril el año pasado en sustitución de Nobuaki Kurumatani, tras irregularidades en su reelección y con las aguas con los inversores activistas muy revueltas por el fallido intento de compra por parte del fondo de inversión británico CVC Capital Partners.

La escisión se revisó en febrero para reorganizarla en una división en dos empresas, de infraestructura y electrónica, aunque el cambio no contentó a los inversores activistas, ya disgustados con la propuesta inicial, y Tsunakawa acabaría dimitiendo pocas semanas después, siendo sustituido por Shimada.

El actual director ejecutivo abogaba por seguir adelante, argumentando que la escisión contribuiría a agilizar la gobernanza y a hacer un reparto de capital más adecuado a cada negocio. Los tres principales accionistas de Toshiba, los fondos de capital Effissimo Capital Management, 3D Investment Partners y Farallon Capital Management, todos inversores activistas con un historial reciente de conflicto con la dirección y que representan juntos el 20% de los votos, llevaban tiempo mostrando su oposición.

También las firmas de asesoría Institutional Shareholder Services (ISS) y Glass Lewis, lo que auguraba el resultado de la votación. 3D Investment Partners había presentado una propuesta alternativa que abogaba por contemplar ofertas de compra y que contaba con el respaldo de Effissimo y Farallon, pero que también fue rechazada este jueves.

Shimada ha dicho en repetidas ocasiones que uno de sus objetivos es recuperar la confianza de los accionistas (de los que en torno a la mitad son extranjeros), profundamente divididos y escépticos con la dirección tras años de reestructuraciones infructuosas, escándalos y resultados financieros menguantes.

Desconfianza en la directiva

El plan de escisión pretendía ser un intento de apaciguar a los inversores frustrados por los improductivos esfuerzos para impulsar el crecimiento y valor corporativo de la empresa, pero podría terminar siendo un nuevo elemento de polarización.

Toshiba cerró su ejercicio fiscal de 2020 (cerrado el 31 de marzo de 2021) con un beneficio neto de 113.981 millones de yenes (unos 850 millones de euros), mejor que las pérdidas de 114.633 millones de yenes (860 millones de euros) de 2019 pero lejos del billón de yenes (7.580 millones) de 2018, tras su “operación rescate”. La empresa lleva inmersa varios años en un tumultuoso conflicto entre la dirección y los inversores activistas de los que recibió capital para evitar la quiebra de su filial nuclear, Westinghouse Electric, en 2017, que terminara de dilapidar al conglomerado.

Las ventas de Toshiba, que ascendieron en el ejercicio de 2020 a 3 billones de yenes (22.870 millones de euros), han ido reduciendo progresivamente desde 2016, cuando fueron un 25% superiores. Los valores del conglomerado nipón terminaron hoy con un descenso del 0,5% en la Bolsa de Tokio tras conocerse el resultado de la junta extraordinaria.

Fuente : eldiario.es

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